Tu corazón fue un témpano de hielo, viviste sin sonrisas y sin llantos. Acabaste tu desdichada vida como la Gioconda y poco mas supiste hacer a demás de decir adiós. Pasaron lentos abiles hasta que del azul putrefacto de tu lecho de muerte te viste renacer, frente al espejo y con la misma frialdad de ayer. Sólo un problema hubo, uno dada más... Encontraste amor, calor, pasión y fuego, tu hielo se halló derretido y aguas quedaron de lo que fue casi un corazón, y oh cariño ahora afligido me pides que te enseñe a sentir.

0 katmandúes:

Entrada más reciente Entrada antigua Página Principal